viernes, 30 de septiembre de 2011

30

Todo el dolor que se mantiene bajo la piel, me sobresale a media noche. Primero son susurros, después sacudidas y, finalmente, los rostros reprochantes que me perturban hasta ahogarme en mi propio sueño.
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Los fantasmas vivos y muertos aparecen poco después de cerrar los ojos. Sigilosos y calmados, recorriéndome las arterias a golpes y coces de nostalgia, dulce e indigesta al mismo tiempo. Me siento sometida a demasiada presión.

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Igual que en la realidad, nunca hay ayuda, los fantasmas se presentan de uno en uno, mostrando diversas realidades crueles que, por improbables, no dejan de parecer reales.


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Pasamos el luto muy de rato en rato y lo depositamos en las situaciones de enfado absurdo, de malas palabras y nerviosismo frenético. Mucha indigestión para-tan-poca-carne, diría. Como si echar de menos formara parte de nuestro cometido aquí, escrito en letra pequeñita.

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Hay que resignarse y joderse. Que si señor, que muchas gracias. A partir de HOY vamos a rezar por nuestros muertos y a sufrir por las quimeras que [no] nos merecemos. Pagaremos nosotrxs por el perdon del que peca y no confiesa.

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Que me cuente alguien eso de que cada cuál recoge lo que siembra.. porque si Dios existe merece que le caiga una muy gorda, por cabrón.

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Y eso exigen: curarse rápido y volver a la vida real. Os diré lo que pienso: la mentalidad moderna frente a la muerte es una soberana mierda. Al menos antes existia el duelo, y este no se limitaba a dos o tres días personales otorgados por la ley laboral. La valentía de hacer visible el dolor, la tristeza y el sufrimiento són gestos que deberían mimarse y cuidarse con delicadeza.

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Al contrario, los comentarios son varios y muy comunes: Tienes que superarlo. Son cosas que pasan. La vida sigue. No llores. Hay que ser fuerte... y muchos lo siento (dementirijilla y no).

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Que alguien me haya dicho que puedo contar con el sin condiciones, es lo único bueno que puedo sacar de todo esto. Así que cultivamos la imaginación para crear nuevas formas de escapismo. 


Por eso me voy y nos vamos, para respirar un poco más de aire y no ahogarnos.

4 comentarios:

  1. hay fantamas que nunca se mueren... pero se pueden alejar.
    como estas T?

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  2. Nunca me había planteado el luto de la manera en la que lo describes, como esa valentía para mostrar el dolor, el sufrimiento...
    La muerte golpea tan fuerte que, es cierto, en la sociedad moderna se intenta esconder el resultado de ese golpe, se tapa, se oculta y se finge mucho, mucho.

    Y luego están las palabras de "ánimo"...

    Hay cosas que nunca se superan, simplemente pasan y se quedan contigo para siempre.

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  3. Y los típicos "te acompaño en el sentimiento", y los "nunca me podría imaginar que le pasaría a el/ella", "que injusta es la vida".
    Pues yo prefiero tomarme más a pecho el "contra más lloras menos meas", y llorar, llorar mucho, muchas veces de tristeza y muchas tantas otras de alegría.
    Demasiadas noches robadas nos dejó el señor Dios. Pero a cambio tengo esos cientos de recuerdos que hoy por hoy me siguen quitando el sueño.

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  4. Este texto es grandioso, perfecto en toda su esencia. Me ha encantado cómo describes la muerte, pues la temo bastante y me cuesta asimilarla en general, y lo explicas todo de una manera increíble.

    Enhorabuena, y a riesgo de sonar repetitiva, ánimo.

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Hola. Queria saber si querría participar en un simulacro de violencia entre peces.