martes, 12 de mayo de 2009

16

Sigue enajenándome, que esta noche me sobran fuerzas para plantar cara a cualquier afanoso de poder. No nos asustan sus gritos, no vamos a cumplir sus órdenes. Vamos a empaparles de odio y a dolerles, a defender nuestras libertades bajo la lluvia de mayo. Estamos borrachxs de vida, amor, y ya empieza a rechinar la madrugada. Dame de beber cualquier mentira, relame en silencio todas las palabras que ahora callas.

Nos estamos quedando solxs, al fin. Los perros han cedido a la carrera y solo a tres centímetros de nosotrxs está lloviendo. Te quiero. Te lo he dicho tantas veces y tú me lo has dicho tan pocas... Da igual, no voy a dejar de abrazarte. Ya te he dicho que me da igual lo que piense el mundo entero. Soy capaz de revivir de cualquier quimera, soy capaz de enamorarte, llevo la ilusión muy clavhada ahora que estamos juntxs, perdidxs entre las sábanas de ésta calle gris y olvidada.

Voy a plantearte la acción directa más disparatada, a demostrarte la capacidad ilimitada de amar que tengo, y voy a enseñarte mis dotes para reconstruir corazones agrietados de áridas emociones. Resucita, revive, resurge, renace...

Latido a latido va rellenándose de savia, recobrando su color a cada sístole y su finura a cada diástole.


Agárrame, petit, que antes de despertar dibujaremos diecisiete razones en diecisiete paredes distintas.

Seguimos. Y soy feliz.

Tan feliz que abro los brazos y vuelo.